Senos, esferas suaves y firmes de contextura esponjosa. Lo primero que se percibe en el cuerpo femenino. Son el alfa que arremete al librarse una batalla. Escudo de guerreras, broquel de valientes mujeres de la historia Juana de Arco, Guacolda, Paula y otras tantas, anónimas, perdidas en las páginas del tiempo. Senos como estos, avanzaron en vanguardia, soberbios, sin miedo, sin temor; desafiantes los pezones enfrentándose a la lanza en el campo de la lucha.
Senos de domadoras, intrépidos, aguerridos expuestos a los zarpazos de feroces bestias cerriles.
Dos naranjas jugosas frutos de sensato dulzor. En la brújula del ritmo dos esferas danzantes adornan con elegancia la alborozada figura. Senos, pechos, esferas, naranjas o pechos no importa como las nombren…manantiales generosos de donde brota el placer.
Rosas en capullo. Suave pétalos a los labios. Senos llenando manos, senos calmando llantos,
Vasijas llenas de vida, néctar en los pechos madurando. Fresas apaciguando bocas hambrientas,
senos colmando manos vacías. ¿Cuántas veces amamantaron con sangre, con sufrimiento?
¡Senos, benditos senos! ¡Símbolo de mujer!
Gracias Mr. Emd por este regalo, tu deseo acrecenta mis ganas de volver