Pequeño y manso te he visto...
y me quede pensando un rato.
y me quede pensando un rato.
¡Tú que de león presumías y de ser fuego y estopa!
En nada te parecias al hombre que me volvió loca.
En nada te parecias al hombre que me volvió loca.
Levantaste la voz para decir algo
a alguien que te acompañaba...
a alguien que te acompañaba...
y sonó un chasquido de tiza
rompiéndose en la pizarra.
rompiéndose en la pizarra.
¡Tú, que al hablar hacías música y el aire reverberaba!
¿Cómo quedaste en chirrido, como quien nunca fue nada?
Te confieso que es perfecto mirar el amor a distancia,
puedo mirarlo a los ojos, mirarlo de frente a la cara.
Te quise y no lo recuerdo, que sensanción tan rara.
Y mirarte y verte manso, chirriante y tan sin gracia,
me inspiró enseguida un verso y pensé en esta carta:
me inspiró enseguida un verso y pensé en esta carta:
"Ojos de tubérculo, corazón de patata...
" Ahí me desconcerté.
" Ahí me desconcerté.
De tan lejos en el tiempo que no parece ni un sueño, han saltado a mi presente algunas reminiscencias de sensaciones pasadas:
Tú que eras sabor intenso y la tentación de la manzana...
¿cómo sin darme cuenta te has quedado en patata?
¿cómo sin darme cuenta te has quedado en patata?
Sin duda es el desamor.
Y debo desamarte mucho, porque quería escribirte y no se me ocurre nada.
Ahí lo dejo por hoy, ya continuaré mañana.