Lo que quiero es que todas me coman la ...mmmmmmmm

Pues si hombre si, yo también quiero que todas me coman la polla, bueno todas todas, noooo....solo las que no me gustan , al resto, osea a las que me caen mal, sólo las daria un poquito por el culo.
Y es que en la sociedad en la que vivimos, cada día más, está proliferando una subespecie femenina que para la vergüenza de las mujeres, nos dejan a todas a la altura del betún...siiii, siiiii...esaaaasssssss...las putas calientapollas de los cojones. También consideradas como una división de las "putas de mierda" o "hijas de puta"(¡que hija de puta!!!). Pueden ser consideradas también como una variante o subvariante alternativa. Este tema genera bastante debate y controversia entre los eruditos del tema, osease, los calientapolleados.
Ayer sin ir más lejos me vi atrapada en una tediosa reunión con congéneres de su misma especie en la que esta subespecie se jactaba de la vergonzosa situación por la que hacen pasar a los hombres. Con ese jiji-jaja fácil y estúpido que tanto les gusta a los hombres, con su provocación indebida pero buscada, sus sobeteos inocentes y discotequeros, facilidad de palabra altamente soportable en estados de embriaguez masculina, bailoteo provocativo consecuente a una inevitable erección masculina...hacian sonar la flauta de Hamelin utilizando estas y otras tretas físicas y psíquicas para crear en el macho la idea de un posible encuentro sexual y así inhibir su capacidad de decisión, las calientapollas escogian de forma magistral a sus presas y son capaces de adivinar cuanto tiempo lleva un macho sin pillar cacho y el grado de desesperación del susodicho para después haciendo gala de su maravillosa habilidad para marcharse de forma súbita y vil dejándo al tio con el palo más tieso que el mástil de una bandera, la cartera pelada y un tanto cabreado con las tias. Y aquí es donde entramos las demás en escena...qué culpa tendré yo de que estas pequeñas apredices de putillas te hayan limpiao la cartera y te hayan dejado haciendo el pingüino??? porque claro a ellas no las dicen nada que se vayan a molestar....por Dios no vaya a ser que no folles, pero a tiiiiiiiiiiii te ponen la cabeza como un balón de Nivea increpandote el mal estar que les produce esa fogosidad no satifecha, avinagrandote lo que se las prometia como una noche de sana diversión...y al final resulta que te has gastao un pastón....porque yo si que me pago mis copas...y te has pasado la noche pasando vergüenza ajena con estas tias petardas y aguantando después las lloronas de sus victimas.
Pues eso queridos calientapolleados que yo también quiero que me coman la polla.