...Han empezado lentamente a sincerarse mutuamente, recurriendo al otro para redimir años de apática rutina. Para sus vuelos baste un refugio artificial que les permite aislarse del mundo real mientras se tumban en el suelo de Marion y construyen en el aire increíbles sueños de dicha conjunta...
Noviembre. El otoño se filtra bajo los pasos de la lluvia y las visitas de los vientos. Tumbados en el suelo los sueños se descuelgan de los riscos de tu pecho. Volar a ras de luces de interior. La realidad tiene tanto de real como de tedio. Desde el suelo, mirando al cielo raso, somos arquitectos de fortuna…
…No quiero que te vayas y me abandones en la bañera mientras me remite mi silencio a alguna canción triste de Leonard Cohen. No soy Susanne y nunca hemos dormido en el hotel Chelsea, aunque en tu mirada las azules palabras se diriman entre un fuego y una bandera y haya suficiente confianza entre los dos para no sucumbir a los silencios. Puede que recuerdes que del amor apenas hablamos, ya sabes que yo sólo amo la presencia y esa suerte de tristeza que conserva la madrugada, en eso, sí, puede que me parezca a Cohen…
…”No te necesito… O sí…”. No recuerdo si era tu voz o la mía. Pero la cama revuelta era un gemido mudo. Algunos llamarían a esto amor, aunque nunca sabré si yo lo hubiese hecho mejor. Me puede, a veces esa ausencia tan callada. El silencio vence con paciencia, con asedio, con ausencia…
…A veces me llamas y tu recibes mi voz desde el teléfono como un aroma que nos acerca, y sin embargo, juntos, rehacemos las palabras, tarareamos todo lo imposible que se esconde en los cajones vacíos y en la piel y en los cueros de las melodías…
…Quizá echen de menos mis manos tus mejillas. Y en tu armario tus vestidos a mis dedos. La línea que transporta las esencias de los verbos se esconde en los coches que esperan impacientes. “Invéntame palabras.., modélame sonrisas…”. Tu voz inventa en canciones la senda libre de acantilados. Puede que nos quede aún la música que rueda por tu espalda…
…No sé por qué, pero me parece que no nos debemos nada y por eso seguimos juntos, esperando que nada que nos ate tenga que ver con hoteles, cabinas o marihuana y sí con la expectativa de que no nos conozcamos todavía…
…Ya no hay deudas. Ni cadenas. No las hubo. La ignorancia que persiste aún no allana el camino del olvido. Otra vez deambularemos de la mano entre los días. Hablando entre susurros de risas de carmín…
Pues eso quiero de ti.......un pequeño lugar donde seguir soñando, que según tengo entendido sigue siendo gratis y la última frontera de nuestra verdadera intimidad,....los sueños....un lugar que nunca nadie nos podrá arrebatar.
…A tus pies un confín sin importes, sumas ni saldos. Sin más valía que el precio infinito de las horas, los minutos y segundos. Todo lo que quieras. Un rincón de maravilla, de quimeras, de utopía. De anhelos e ideales. Un recinto sin muralla. Un espacio ahíto de ilusión. Un lugar para los sueños… Un lugar que nunca nadie nos podrá arrebatar. Ni siquiera nosotros.
-
Siempre son hermosos los hermosos sueños. Y más si son compartidos.
ResponderEliminar¿Qué mejor lugar que aquel donde descansan los sueños?.
Un placer y un honor.
Besos. Muchos.
El honor es siempre mio, mi querido hacedor...y el placer....el mayor, el haberte conocido. Mil besos desde la Inopia jiji. Muacks
ResponderEliminar