¡Si, ya no te necesito! Te susurre toda fiera. ¿y te pensaste que era broma, que te queria poner caliente, que te rechazaba con desdén para que me persiguieras luego a dentelladas?
No.
Ese dia te la agarré bien fuerte para despedirme de ti. Para despedirme de ella. (Como pleitesía, por los servicios prestados).
Te dije adios y se me llenó la boca (mas que contigo).
Verás, tu sustituto es tierno y perverso, algodón y azufre, contradictorio.
Tal y como yo soy, claro.
En mis ojos destellos de rebelión ardiendo al sur, como antorchas gratamente invasoras, reclamo de conquistas pacradas.
Y en las manos, una extraña libertad que solo comparo con almohadas,
recovecos de noches azules, portales de cierzo y etileno y escalofrios en las uñas y en la medula. De esos que atisban hogueras a la redonda.
Él no supo jamás que en realidad hablaba de mi consolador.
P.D.: Curiosamente hoy llevo esas braguitas :-p
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Nstch... Triste destino el nuestro, sustituídos por un "trocito" de plástico. Y además sin problemas de ausencia de "tensión" ni de demasiada rapidez... Y siempre a mano y siempre dispuesto. Pa lo que hemos quedao.
ResponderEliminarP.D.: El verde te sigue sentando tan bien como siempre.